Mocorito es un municipio muy pobre.
No le ayuda su gente, que no hace sus contribuciones a tiempo; no le ayuda su posición geográfica, parte de él es serrano y se extiende de una manera que dificulta la comunicación; y tampoco le ayuda la clase política, tanto gobernante como opositora.
Mocorito es muy, muy pobre, política y económicamente hablando.
Los ingresos del Ayuntamiento son pocos pero el más grande problema es la nomina, que es mucha.
El ingreso apenas alcanza para cubrir el sueldo de tanto funcionario público y elección tras elección el número sube. Lo que nunca sube es el trabajo que desarrollan los funcionarios.
El Ayuntamiento de Mocorito está como la extinta Luz y Fuerza del Centro, tiene 5 empleados más de los necesarios para realizar una función y ninguno la hace correctamente.
Mi propuesta es que el territorio que hoy ocupa el municipio de Mocorito se integre al municipio de Salvador Alvarado. Esto beneficiaría más que a nadie a los mocoritenses, no perjudicaría a los alvaradenses, pero sí les haría daño a los políticos gobernantes y opositores de Mocorito, esos que están cómodos porque medran del erario a sus anchas.
Aceptemoslo, Mocorito no es un municipio viable.
Los políticos mocoritenses estarían en desacuerdo con ese movimiento que propongo y argumentarían ante el pueblo vanalidades. Pero los mocoritenses no perderíamos nada, no perdemos territorio, no perdemos autonomía, no perdemos... ganamos.
Haz la prueba, pregúntale a un político (sea rojo, azul, amarillo o cualquiera) qué piensa de que Mocorito se integre a Salvador Alvarado (Guamuchil) y verás su reacción.
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